Somatizaciones: Cuando el cuerpo nos habla

En las consultas de atención primaria hay numerosas quejas por sintomatología que no se corresponde con una enfermedad médica, como pueden ser dolor de cabeza, de espalda… fatiga, dificultad para dormir… e incluso puede ser que nos den el diagnóstico de bruxismo, síndrome de intestino irritable o psoriasis. Sin embargo, todo ello no hace más que enmascarar la causa real de la dolencia que padecemos.

Voy a hablaros de la somatización. La somatización es una queja física, que ocasiona malestar, en ausencia de una causa orgánica. Puede definirse como un lenguaje de expresión de malestar psicológico. Los síntomas pueden ser específicos, dolor de cabeza, o relativamente inespecíficos, fatiga. Los síntomas a veces denotan sensaciones corporales normales o un malestar que generalmente no significa una enfermedad grave.

La somatización incluye tres componentes:

1. Experimental: hace referencia a lo que la persona percibe en relación con su cuerpo.

2. Cognitivo: se basa en la interpretación que la persona realiza de estas percepciones, y a qué las atribuye, es decir qué significado tienen para ella.

3. Conductual: incluye las acciones y la comunicación verbal y no verbal que deriva de dicha interpretación.

La presencia de somatizaciones se ha asociado muy frecuentemente con el trastorno de depresión y el trastorno de ansiedad. Entre los síntomas que pueden provocar en nuestro organismo encontramos:

  • Dolor de cabeza, mareos, vértigos, desmayos, hormigueos, parálisis musculares.
  • Ceguera, visión doble, afonía.
  • Palpitaciones y taquicardias.
  • Sensación de ahogo, dolor y opresión en el pecho.
  • Sequedad de la boca, sensación de atragantamiento, regurgitación, náuseas, vómitos, estreñimiento, diarrea.
  • Tensión muscular, dolor articular o muscular, cansancio, fatiga.
  • Insomnio, hipersomnia.
  • Dispareunia, dismenorrea.

Si presentas algún síntoma físico que aparece o empeora en situaciones de estrés o de tensión, tras descartar que se deba a una causa orgánica, sería recomendable acudir al psicólogo. La atención médica puede resultar insuficiente, ya que la causa última descansa en un problema psicológico, como puede ser la presencia de ansiedad o depresión. Por tanto, la mejor forma de abordarlo, en el caso de que el síntoma de mantenga y acabe suponiendo un problema, es pedir ayuda psicológica.

PEDIR AYUDA ES DE VALIENTES.

Escrito por Rocío Durán Alonso.

Psicóloga General Sanitaria en prácticas. Psicosalud Alcalá.

Bibliografía

American Psychiatric Association (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed. (DSM-5)). Washington: American Psychiatric Publishing.

OMS (1992), CIE-10. Décima revisión de la clasificación internacional de las enfermedades. Trastornos mentales y del comportamiento. Descripción clínicas y pautas para el diagnóstico, Madrid. Ed. Méditor.