Insatisfacción en la generación Millennial

La generación millennial es un grupo poblacional nacida entre los años 1984 y 2000. Muchos psicólogos especializados en la influencia que ejerce en un individuo el grupo en el que se encuentra, se han interesado por esta generación estudiándola ya sea para explicar los movimientos sociales que la acompañan o analizar las características de su consumo con el objetivo de aprovecharse de él. Sin embargo, lo que se puede apreciar a simple vista es el aparente descontento que les inunda, pareciendo que no están conforme con nada. Algunos psicólogos de interés señalan la identificación que existe entre los millennials y sus bisabuelos, más que con las generaciones próximas como la de sus padres o abuelos. Esto puede deberse a no haber vivido intervenciones militares en conflictos internacionales, lo cual afecta sobremanera la forma en la que una generación se muestra.
Los miembros de esta generación han sido acusados de ser los más insatisfechos, narcisistas, egoístas, perezosos y un largo etcétera, pero ¿Qué hay detrás de todas estas etiquetas? ¿Qué es lo que hace que estén tan frustrados? Según el psicólogo Simon Sinek, existen cuatro razones principales que les impiden encontrar la felicidad. Estas cuatro razones están conectadas entre sí, ya que forman el tejido del que se compone la sociedad en la que vivimos y, por tanto, la cultura sobre la que les ha tocado crecer.
La primera razón sería la forma en la que han sido educados. Tanto los padres de estos como los mensajes que obtienen de los medios de comunicación repiten continuamente lo tremendamente especiales que son, y que basta con desear algo para obtenerlo. Pero construir su autoestima bajo estos cimientos es altamente peligroso. No se esfuerzan demasiado por conseguir algo ya que todo está a su alcance. A su vez, esto devalúa el valor de lo que ansían y al no superar metas reales, tienden a sentirse un poco rotos pese a todos los mensajes positivos a su alrededor, ya que, al fin y al cabo, perciben que no cumplen las expectativas.

El segundo motivo es la influencia de la tecnología en esta generación. Este punto resulta indiscutible, ya que han presenciado el auge de este nuevo mundo. Sin embargo, aunque la tecnología nos ha permitido avanzar en muchos sentidos, resulta un lastre para construir de nuevo una confianza sólida y desarrollar habilidades que nos permitan relacionarnos con los demás, así como lidiar de forma adecuada con el estrés habitual que supone ser un adolescente en nuestra sociedad. La razón de esto es la dopamina, una sustancia altamente adictiva que nos produce una profunda sensación de placer en nuestro cuerpo y que por lo tanto es altamente adictiva. ¿Cuándo segregamos esta sustancia? Cada vez que recibimos un “like”, un comentario en una foto o vemos que alguien nos habla por una red social. El problema de esto es que cuando estos jóvenes tengan un problema o se sientan deprimidos, van a preferir refugiarse en esta inminente sensación de satisfacción antes que apoyarse en un amigo o familiar. A consecuencia, muchos jóvenes alegan no tener vínculos profundos con ninguno de sus amigos.
De hecho, recientes investigaciones apuntan que jóvenes entre 16 y 24 años se sientes solos con más frecuencia que otros grupos poblacionales como los ancianos. Esta soledad ha demostrado ser tremendamente perjudicial para la salud tanto mental como física. El aislamiento que toda una generación sufre tan recurrentemente puede estar ligada a problemas futuros como tabaquismo, falta de ejercicio y obviamente trastornos mentales como depresión.

El tercer motivo es la impaciencia. Dada la situación de consumo masificado en la que nos encontramos, esta generación cuenta con la oportunidad de obtener cualquier cosa que deseen de forma casi inmediata. Todo menos las cosas realmente importantes de la vida como el amor, la confianza o la autoestima. Todo esto, se consigue mediante caminos largos y arduos, pero no han tenido la oportunidad de formarse en la cualidad de la paciencia, por lo tanto, en el momento en el que no ven recompensas inmediatas ante un esfuerzo desisten, sintiéndose además inútiles al pensar que, si no obtienen resultados rápidos, están haciendo las cosas mal.
Por último, tras esta educación, cuando por fin obtienen un trabajo, acceden a ambientes corporativos donde solo importan en proporción a las ganancias que producen, viéndose destruido así su autoconcepto. Frente a esto, han desarrollado un sentido de la responsabilidad que les obliga a ser firmes en sus decisiones y a estar más comprometidos. Esta disonancia entre querer renunciar y ansiar el cumplimiento les llena de malestar y desesperanza.

Otro aspecto para destacar de la generación Millenial es el consumismo que la acompaña, el cual, paradójicamente contribuye al aumento de la individual entre ellos. En un mundo globalizado como el nuestro, lo que buscan es diferenciarnos del resto, creando su propia identidad para diferenciarse y ser reconocidos. Todo esto lo consiguen a través de ropa, cultura, música…
Sin embargo, un cambio ha nacido con ellos y esto es indiscutible. Muchos otros sociólogos señalan un nuevo modelo social en el que se reflejan descensos en los índices de divorcio y mayor compromiso en sus grupos sociales, siendo estos más variables y heterogéneos. Se considera que son una generación más cívica que las anteriores, sin reparo en establecer relaciones de pareja estables, sin tener que renunciar por esto a su independencia ni vida profesional.
En el estudio de Deloitte, por ejemplo, se observó cómo el 63% de los jóvenes de esta generación dona a organizaciones sin ánimo de lucro y un 83% quieren ser activos en causas de inclusión social. Términos como refugiados o feminismo no les son ajenos, luchan día a día por hacerse escuchar y dar voz a aquellos que no la tienen.
No son una generación de vagos. Son una generación idealista, tolerante, promovedora de la igualdad, razonable y con amplitud de miras. Simplemente, les han mandado los mensajes erróneos y posicionado en un ambiente desfavorable. Siendo conscientes de estas trabas que la sociedad actual les pone, tendrán la oportunidad de construir de nuevo su confianza, desarrollar sus habilidades sociales y comenzar a potenciar la paciencia, encontrando el balance entre vida y tecnología, para comenzar de una vez a tomar el mando de sus vidas y disfrutar del mundo encontrando su lugar en él.

https://youtu.be/VO7R4t3DC-0

 

Mar Sánchez Rúa ( colaboradora y estudiante de psicología)

Bibliografía:
– Ferrer, A. (2010). Millennials, la generación del siglo XXI. Nueva Revista de Política, Cultura y Arte, 130, 42-51.
– Simon Sinek on Millennials in the Workplace.
– Howe, N., & Strauss, W. (2009). Millennials rising: The next great generation. Vintage
– Fintonic